Usar y tirar. ¿Por qué ya no se reparan las cosas?

La obsolescencia programada es una de las prácticas que más malestar está causando en el seno de nuestra sociedad. Quizás nunca hayas oído hablar de ella. Consiste en la programación del fin de la vida útil de los productos de consumo. Así, tras un cierto período de tiempo pre-calculado por el fabricante, éste se vuelve obsoleto, no funcional, inútil o simplemente inservible. El objetivo de la obsolescencia programada no es ofrecer productos de calidad a los consumidores. Su único fin es el lucro económico, prescindiendo tanto las necesidades reales de los consumidores como de las repercusiones medioambientales de esta práctica.

Un ejemplo clásico es el de las bombillas. Las primeras bombillas incandescentes podían durar muchísimo tiempo. De hecho, uno de los primeros prototipos lleva funcionando de manera ininterrumpida desde el año 1901. Y es que al principio el objetivo fue crear bombillas más durables. Todo esto cambió cuando los fabricantes de bombillas se juntaron en el Cártel Phoebus y pactaron una duración máxima de 1000 horas, penalizando además a cualquier fabricante que violara la norma.

Otro de los primeros ejemplos de obsolescencia programada es el nylon. Cuando apareció en 1938 fue presentado como una fibra fuerte y prácticamente indestructible. Pero, al poco tiempo, las ventas de medias de nylon caían porque nadie necesitaba reemplazarlas. DuPont, uno de los principales proveedores se vio obligado a rediseñar el material para convertirlo en algo más frágil y, de esta manera, seguir conservando las ventas.

En el documental de hoy tenemos una nueva visión real y actual de la obsolescencia programada. El canal alemán DW nos trae un reportaje en el que, a través de las opiniones de numeroros expertos (desde electricistas a expertos en automóviles o informáticos) descubrimos que muchas compañías ya fabrican sus productos con la idea en mente de que no duren más de 5 años. Y que, en muchas ocasiones, suele ser más costoso reparar ciertos productos que tirarlos y comprarlos nuevos.

De todas maneras, inevitablemente nos vemos abocados a comprar y reemplazar algunos productos. Y, ya que tenemos que hacerlo, que al menos nos cueste lo menos posible. Si tenéis que comprar electrodomésticos, yo os aconsejo Bazar el Regalo, uno de los mejores sitios por lo que respeta a la relación calidad/precio.